Un Poeta: los poetas malditos de Colombia en nuestra época.

¿Qué sería de este mundo sin la poesía? ¿Qué sería de este mundo sin el arte? Aquella ventana que nos enfrenta con todas las partes que nos componen. La luz, la oscuridad, que nos hace tocar las emociones más puras y nos conmueve por medio de palabras. La poesía, esa noble rama de la literatura que se encarga de ir al cielo o al infierno para tomarle fotos a lo indecible. La poesía, ese arte que en la globalización parece pisoteada, pues la IA ahora te hace un poema con un prompt, porque suena bonito… ¿Y la poesía no son un conjunto de palabras bonitas que expresan amor?

De todas formas, ¿para qué sirve la poesía? ¿se come? ¿el alma puede vivir solo con palabras? Estas ideas y el alma de los poetas malditos toman forma en la película Un Poeta (2025), aunque a veces parece diluirse con otras premisas que se aparecen en el camino. Les contaré muchos datos del mundo literario (mi hogar), que son vitales para entender algunas cosas sobre la película. 


Mesa Soto, Simón (Director). (2025). Un Poeta. [Película]. Colombia: Medio de Contención Producciones; Momento Film.

La película habla sobre Oscar Restrepo, poeta que tuvo algo de gloria en su juventud, pero que ha caído en desgracia por vivir la vida del poeta como atormentado. Su vida cambia cuando le ofrecen ser profesor de un colegio y conoce a Yurlady, una joven de un barrio humilde que escribe poesía. Sus poemas logran conmover a Óscar y, decidido a ayudarla, intenta cambiar. Al final, Óscar vuelve a sus hábitos, desencadenando en un terrible malentendido con Yurlady, y haciendo que ella se aleje por completo de la poesía, quedándose con las migajas de un abrazo de su hija. 


¿Poetas? ¿Cómo son?


Comencemos por la imagen del poeta. En la historia ha tenido muchas visualizaciones: el genio que toca el cielo y lo trae a la tierra, como si fueran Prometeos, para iluminar a la humanidad. Luego, el poeta se transformó con el romanticismo en genios incomprendidos que bajaban al infierno, a los avernos, para mostrar la belleza en el fango. 


Entre el fango aparecieron los llamados Poetas Malditos, un grupo de escritores que rompió la forma y los mensajes de la poesía. Se abrió paso al verso libre, y con ello, se abrió el camino para mostrar lo que nadie quería ver con palabras conmovedoras. Entre los poetas malditos tenemos a Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, Paul Verlaine, Stéphane Mallarmé, Tristán Corbière, Jules Laforgue. Todos talentosos, atormentados, contando lo indecible; todos con destinos bastante trágicos. El estilo de vida de ellos era caracterizado por el alcoholismo, una vida bohemia, las temáticas oscuras, y la marginalidad. Con los poetas malditos, se mató el albatros, y los poetas eran portadores del “el arte como un don maligno.”


Mesa Soto, Simón (Director). (2025). Un Poeta. [Película]. Colombia: Medio de Contención Producciones; Momento Film.

¿Y hay poetas malditos en Colombia? 


Si bien la imagen del artista maldito comenzó en Europa, tuvo sus dignos representantes en Colombia. Nuestro mayor representante fue José Asunción Silva, poeta que, como muchos de los poetas malditos, terminó con una tragedia pese a tener un brillante camino como escritor. Silva estuvo en Europa, y bebió del romanticismo. Llegó ebrio de ello, pero al volver a Colombia y tener que hacerse cargo de su familia, el peso del dinero comenzó a agobiarlo. Tras la muerte de su hermana y fracasos editoriales, fue con su médico de confianza, le pidió que le dibujara con un marcador donde estaba el corazón… Y se disparó en la noche, dejando un legado literario amplio.


Pese a morir joven, poemas como Nocturno mostraba la profunda melancolía en la que vivía sumergido. Incluso escribió De Sobremesa, su obra narrativa, aunque su verdadero talento estaba en la poesía. Con el pasar del tiempo, y gracias a los amigos escritores que quedaron con vida, se encargaron de difundir su poesía y darle el lugar que merecía en Colombia. Para homenajearlo, años más adelante, se puso su rostro y el poema de Nocturno en el billete de cinco mil, para no olvidar que la poesía era una parte importante de Colombia.


Mesa Soto, Simón (Director). (2025). Un Poeta. [Película]. Colombia: Medio de Contención Producciones; Momento Film.


¿Y qué tiene que ver todo esto con la película? 


¡Todo! Porque nuestro protagonista es un poeta maldito en todo su esplendor (o en toda su miseria, como queramos verlo.) Óscar Restrepo, protagonista de Un Poeta, vive atormentado, porque algo que busca el artista es el reconocimiento. El romanticismo lo ha dicho, todos somos efímeros, y lo único que quedará de nosotros es el arte que logremos hacer en vida, y esta es una verdad que Óscar sufre día tras día. 


Óscar logró publicar algunos poemas cuando era joven, pero en su presente, lo único que hace es hablar de lo hermosa que es la poesía, y como es un incomprendido que tiene algo que probar. Cuando toma en los bares y tiene sus revelaciones de la poesía, se siente vivo, pero al despertar en un andén, vuelve a la realidad. Es un donnadie. Un mantenido por su madre. Un marginado. Un estorbo. Un hombre de mediana edad que no hizo nada con su vida. Un dolor de cabeza para su familia y una vergüenza para su hija. Esa es su realidad, aunque sus sueños de escritor sigan navegando en las noches, teniendo como remo la palabra húmeda de alcohol. 


De la palabra al hecho hay un largo trecho, dice un dicho colombiano. Vivir como poeta maldito podría sonar como el deber ser: Bohemio, entregarse al hedonismo, filosofar… Pero en la realidad el dinero (ese mal necesario) sigue siendo importante para la supervivencia, y para crear, es necesaria cierta tranquilidad. Aunque va al club de la poesía, donde poetas se aplauden entre ellos, miran a Oscar sobre el hombro. Con lástima. Está ahí por esas glorias pasadas. Sus pares no lo respetan, y su familia lo ve con preocupación. Le piden que asiente cabeza, que baje de la nube de la poesía y busque cómo aportar. ¿Acaso la poesía no da de comer? En pocas palabras, no. O al menos, no como Óscar lo espera. La poesía alimenta el alma, pero el estómago necesita comida.


Al aceptar a regañadientes un trabajo como docente en un colegio, Yurlady, una adolescente que escribe poesía como pasatiempo, le devuelve la esperanza. Su poesía, tan sencilla y honesta, le mueve a Óscar el corazón y le hace creer que la poesía no está perdida, que él aún puede generar un cambio, siendo un guía. Sin embargo, Yurlady está muy alejada de ser una Poeta Maldita.  


Mesa Soto, Simón (Director). (2025). Un Poeta. [Película]. Colombia: Medio de Contención Producciones; Momento Film.

La poesía en lo cotidiano, la academia y los premios 


Proyectar los fracasos en otros es algo que algunos padres suelen hacer. Si yo no pude ser ese artista, tal vez podría poner esos sueños sobre los hombros de mi descendencia, tal vez esa nueva sangre pueda ser mejor de lo que yo pude haber sido. Esto no solo ocurre con padres, también ocurre con algunos profesores, que ven un brillo de genialidad en aquello que ellos soñaron en su juventud, y es justo lo que le ocurre a Óscar con Yurlady.


En un colegio público, donde la imagen de la poesía es una razón de burla, algo de “ñoños,” o es vista como algo útil para la conquista rápida, Oscar ve en Yurlady una poesía llena de versos honestos, melancólicos. Yurlady carga en sus palabras una poesía que impacta, porque su realidad está llena de vistazos fugaces de belleza, luz que se cuela por la ventana, y se mezcla con una desesperanza de no salir nunca de esas paredes modestas. Para Yurlady, la poesía solo es un pasatiempo, algo con lo que puede salir, por un momento, de una realidad que la aprisiona.


Cuando Oscar intenta ayudarla para darle voz a sus poemas, la lleva a la casa de poesía, donde los demás reconocen el talento de la joven poetisa. Sin embargo, aunque Yurlady es muy buena, ninguno de ellos busca ser su mentor… Solo buscan llenar un espacio de una “cuota de la inclusión” para impresionar la mirada extranjera en un festival. Aquí, la película plantea una pregunta interesante: ¿El arte debería servir para llenar esos espacios? ¿Acaso hemos perdido el rumbo? ¿Buscar poesía de pobres, de indígenas, de mujeres es solo por llenar la cuota? O acaso, solo acaso, ¿hemos olvidado escuchar con el corazón abierto lo que realmente estas personas plasman en sus versos? En la película, Yurlady solo es eso, una chica pobre y joven que cumple con su rol, como ellos le indican. Haz poesía sobre tu pobreza.


Oscar, pensando que ella es su Magnum Opus, intenta mantenerla interesada en el camino de la poesía, llevándola a leer sus poemas, comprándole cosas que necesita su familia porque son pobres, tratando de “comprar” su amor por los versos. Ella puede ocupar ese lugar que él tanto anhela, puede decir que él la descubrió, pero nadie, ni siquiera Oscar, buscan entender lo que esta adolescente realmente quiere. Ella no anhela ese reconocimiento, no sueña con publicar libros, con conmover a otros. De hecho, en el festival ella se da cuenta de lo fácilmente impresionables que son los demás, y a diferencia de los artistas, los aplausos no la llenan. Los aplausos son solo ruido. 


¿Qué es lo que ella quiere? Yurlady quiere una vida simple. Ella quiere una familia, tal vez dedicarse a hacer uñas, poner la belleza en las manos de otras chicas. El brillo del sol lo toca con su mano, por momentos la poesía está cerca de ella, pero es esta insistencia en le tiene que gustar ser poeta es lo que la termina aburriendo de ese mundo. Eso, la hipocresía, y la horrible experiencia al tomar por primera vez en un lugar con personas que no conoce bien, escuchar temas que no le interesan, tomar para filosofar, lo que la aleja para siempre de ese mundo. “Mis sueños son mucho más simples” Le dice Yurlady a Óscar en un cuaderno, y entonces, su Magnus Opus se va de su vida. 


Aquellos que deberían ser guías terminan matando la pasión o el gusto por algo, solo por proyectarse, como le ocurre a Oscar, que termina por quedarse sin nada al intentar vivir su sueño en la carne de alguien más. Por otra parte, la película critica a la academia, aunque roce peligrosamente en volverse lo que critica. La academia obliga a cumplir con ciertos estándares, de escuchar al negro, a la mujer, a la pobre, al indígena… Pero el mensaje no importa, lo que importa es cumplir con la cuota, para sentirse superiores. La película cae un poco en esa contradicción, pues en su estilo de grabación (como si reflejara una época antigua, que no lo es) y sus cortes con rojo vivo y letras blancas para indicar los capítulos, se siente pretenciosa. 



¿Y la poesía de Un Poeta? 

Los poemas de Yurlady son los mejores logrados, porque no solo toman en cuenta la sencillez de las palabras, sino que lo amplifican con el apartado visual. Cuando el primer poema de Yurlady es mostrado al espectador, vemos con la cámara dónde y cómo el poema toma forma, lo cual le da mucha dimensión. El poema cobra vida, y es envolvente. Es una pena que solo lo veamos en esta ocasión, porque este recurso es olvidado el resto de la película. 


Por otra parte, los poemas de Oscar me parece que, para alguien que sigue tan fervientemente a José Asunción Silva, les hace falta esa profunda melancolía, el ritmo y las metáforas que Silva manejaba tan bien. Oscar, es más lo que filosofa y lo que anhela ser, que lo que muestra en su poesía. Hubiera sido interesante ver cómo sus poemas tomaban forma como haikus visuales, especialmente con los poemas dedicados a su hija, que me parecen los más intensos y emocionalmente bellos. El último poema, más apegado a la sencillez de Yurlady, es uno de verso libre que le ayuda a liberarse del bloqueo que cargó por años. No el mejor, pero uno que libera al personaje para seguir adelante.


¿Es Oscar un héroe trágico? ¿Es el poeta maldito por excelencia? 


Las decisiones que tomamos en vida pesan, tarde o temprano. Oscar, al perseguir esta vida de poeta maldito, termina con una relación distante con su hija, con su madre en urgencias por el estrés, con su familia viéndolo como un paria, y con un único consuelo, las migajas de todo: un abrazo de su hija. No tiene un Magnum Opus, dañó su reputación por tener un malentendido con Yurlady (pues ahora es visto como un irresponsable, e incluso, un posible violador) y la vida sigue y pesa.


Tal vez esta sea una de las cosas que más me chocan de la película: que pese a toda esta travesía y crítica a las instituciones, el pobre Óscar es el saco de boxeo de todos, en especial del guionista o del director, que mira cómo hacerlo más miserable aunque él intente salir de ese hueco oscuro. Al final él baja su cuadro de Silva, entendiendo que a lo mejor hay otras maneras de hacer poesía, vuelve a las librerías, y parece que por fín buscará otro camino. Justo cuando parece que tal vez el sol toca su rostro, y que tal vez podría volver a escribir, que aún no es tarde para cumplir sus sueños… todo se desmorona cuando su madre es internada en el hospital. Y así termina, con una amargura total, con un hombre destrozado, quitándole hasta su último rayo de esperanza, diciendo que tal vez la poesía sí deberíamos dejársela a la IA, total, los poetas solo somos unos muertos de hambre y grandeza, ¿no? Los poetas soñamos mucho y no vale la pena hacerlo, esa vida bohemia… ¿para qué? Si la poesía está cada vez más en la élite y lejos de “los pobres que no la aprecian". La película insiste con Oscar: “No pierdan la fe en este poeta triste que está intentando escribir un poema feliz,” pero, paradójicamente, la misma insiste en quitarle toda posibilidad a su protagonista… ¿Entonces qué nos queda? Solo un poema y un poeta triste que se hunde en la miseria. 


Quiero quedarme con la imagen de Oscar, que pese a todo lo ocurrido, pudo aprender de Yurlady que tal vez hay que ver la vida con los pies en la tierra, sin necesidad de idolatrar a las voces del pasado que nos inspiran, y que hay que seguir buscando las oportunidades, porque ser artista en este país es para valientes. Óscar hace un poema, al final, sobre un dinosaurio que aprende cada día. Entra a una librería, busca a su hija, habla con ella, leen juntos. Quiere volverlo a intentar, aunque la película lo obligue a sufrir más. La vida de un artista está llena de vicisitudes, pero siempre la perseverancia será una de las grandes virtudes de todos ellos, y me gustaría pensar que todo lo que vimos sí transformó a Oscar, y le puede dar esperanzas a tantos artistas frustrados que tenemos en este país.


Por: Yulieth Jasbleidy Nuñez Bernal (Jazzby)


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