La lluvia añorada de Comala: El agua y la tierra en Pedro Páramo.
"Busco a Pedro Páramo": Detrás de las ideas de Juan Rulfo.
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Prieto, Rodrigo (Director). (2024). Pedro Páramo. [Película]. México: Netflix; Redrum Production; Woo Films. |
Las gotas de la lluvia se abrían paso entre la tierra muerta de Comala, y seguían su camino hasta las tumbas de un pueblo fantasmal. Los muertos, al sentir algo de vida moviéndose en la tierra, vuelven al lugar donde sus vidas no eran una ilusión; donde la esperanza de escapar de sus pecados era posible. Juan Preciado, haciendo parte de los muertos ahora, se limita a escuchar y vivir por la voz de otros una Comala fantasmal.
Pedro Páramo, novela donde se desarrolla la historia de Comala, es una novela escrita por Juan Rulfo, en el año 1955. Esta obra literaria trata sobre Juan Preciado, un hombre que busca a su padre Pedro Páramo en un pueblo llamado Comala; ya que le hizo la promesa de buscarlo a su fallecida madre. Al llegar, se encuentra con un lugar desolado, muerto y árido, y descubre que su padre está muerto. Ya en este pueblo, encuentra que todos los habitantes del pueblo con los que interactúa son almas en pena, fantasmas que terminan arrastrándolo a la muerte. Juan Preciado, enterrado en una tumba con una mujer de Comala llamada Damiana, termina por conocer la historia del pueblo y de su padre escuchándola por las voces de los fantasmas.
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La Obra de Juan Rulfo - Pedro Páramo (1955), El Gallo de Oro (1980) y El Llano en Llamas (1953) |
Rulfo fue un escritor mexicano que sólo escribió tres obras: Pedro Páramo (1955), una colección de cuentos llamada El Llano en Llamas (1953) y una novela llamada El Gallo de Oro (1980). Tuvo grandes reconocimientos en el ámbito literario por Pedro Páramo y El Llano en Llamas, ya que utiliza un lenguaje cotidiano para el lector, pero sin perder la profundidad de lo narrado. Rulfo pertenece al Boom Latinoamericano, y al movimiento literario del realismo mágico, ya que lo aparentemente inexplicable se vuelve cotidiano, como los sucesos de la novela Pedro Páramo.
Rulfo no solo fue un escritor prodigioso: también fue fotógrafo y amaba el cine, se reconoce también su trabajo como guionista, trabajando con Juan José Arrezola y Emilio "El Indio" Fernández. En lo audiovisual El Gallo de Oro, su última novela, tuvo adaptaciones al cine como largometraje y en Colombia como teleserie. No obstante, su obra más importante, Pedro Páramo, también tuvo su adaptación en el año 1967, siendo una de las tantas películas llenas de un México que recordaban a las de la era del oro del cine mexicano.
Adaptando la sequia: Visiones sobre Pedro Páramo.
La dificultad de la adaptación de Pedro Páramo estaba, por supuesto, en mantener la tensión y sorpresa narrativa sobre los vivos y los muertos, junto al fluir de conciencia en conjunto del pueblo. ¿Cómo traspasar eso a lo audiovisual? No hay dudas que ambos directores de ambas versiones de Pedro Páramo, Carlos Velo (1967) y Rodrigo Prieto (2024) tomaron en cuenta la fotografía de Rulfo para crear esos escenarios de un México perdido en el tiempo: Primero, una Comala rebosante de vida, y luego, una Comala llena de susurros y tierra seca. En este análisis, sin embargo, estaremos centrándonos en la adaptación del 2024, que pueden encontrar en Netflix.
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Poster de la adaptación de Pedro Páramo (2024), dirigida por Rodrigo Prieto y distribuida/producida por Netflix. |
En este texto propongo una nueva lectura de Pedro Páramo teniendo en cuenta el agua y la lluvia, ya que esta aparece a menudo como un medio para conectar con los recuerdos de una vida que ya no está. En los recuerdos de los fantasmas está lloviendo una gran parte del tiempo, esto para mostrar que Comala no siempre fue aquella tierra árida que es ahora, sino un lugar donde la tierra fue fértil. El agua de la lluvia también tiene el poder de “despertar” a los muertos para ponerlos a hablar, pues las gotas caen y se abren paso en la tierra hasta llegar a las tumbas y hacer que los muertos hablen nuevamente.
Para ello, me gustaría tomar varias definiciones del Diccionario de Símbolos de Juan-Eduardo Cirlot (1992). Los elementos a definir son agua y lluvia.
El agua:
“El agua simboliza la vida terrestre, la vida natural, nunca la vida metafísica” (Cirlot, 1992, p.56)
La lluvia:
La lluvia tiene un primer y evidente sentido de fertilización, relacionado con la vida (26) y con el simbolismo general de las aguas. Aparte, y por la misma conexión, presenta un significado de purificación, no sólo por el valor del agua como «sustancia universal», agente mediador entre lo informal (gaseoso) y lo formal (sólido), admitido por todas las tradiciones (29), sino por el hecho de que el agua de la lluvia proviene del cielo (7). Por esa causa, tiene parentesco con la luz. (Cirlot, 1992, p. 288.)
La lluvia es purificación, fertilización; y el agua es vida terrestre, cosas de las que carece la actual Comala. “(…) Ya lo sentirá más fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno.” (Rulfo, 1995, p. 177) La primera vez que es mencionada el agua en Pedro Páramo es cuando Juan Preciado llega al pueblo e intenta descansar en la casa de Eduviges, pero los murmullos de Pedro Páramo interrumpen su sueño.
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Prieto, Rodrigo (Director). (2024). Pedro Páramo. [Película]. México: Netflix; Redrum Production; Woo Films. |
En la adaptación, lo primero que vemos es la tierra con raíces totalmente secas, y el descenso acompañado de susurros. De nuevo, la ausencia de vida, de agua, dejando todo en colores cafés claros. Es un lugar tan seco y caliente, que la única agua que hay es el sudor de aquellos que caminan a Comala. En la escena con Eduviges, también vemos a un Juan Preciado ansiando algo de agua, sin obtenerla.
Un Pedro niño aparece viendo caer las gotas de su casa, pues una tormenta acababa de pasar por el pueblo. Mientras el suceso del pasado se narra, también se escucha el pensamiento de Pedro sobre Susana San Juan, su interés amoroso, relacionándola con el agua desde el primer momento. ”Tus labios estaban mojados como si los hubiera besado el rocío.” (Rulfo, 1995, p. 184). El agua en esta parte del pasado no sólo se relaciona con la vida que emanaba de Comala, sino también como un elemento de erotismo puesto en Susana. Otro punto importante que menciona Pedro Páramo sobre Susana son sus ojos. “«De ti me acordaba. Cuando tú estabas allí mirándome con tus ojos de aguamarina.»” (Rulfo, 1995, p. 184). No es fortuito que los ojos de su amada sean color aguamarina, pues Susana tendrá una fuerte relación con el agua, y por lo tanto, con la vida a lo largo de la novela.
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Prieto, Rodrigo (Director). (2024). Pedro Páramo. [Película]. México: Netflix; Redrum Production; Woo Films. |
En la película, ya no descendemos, sino miramos hacia arriba, al techo de colores vivos que muestra las gotas de agua bajando, una por una, cayendo en hojas que buscan su camino entre los bloques de concreto. Las gotas caen a un pasado que se muestra más amable. Hay animales, hay movimiento, hay agua. Pedro Páramo, en su infancia, aparece con Susana San Juan, una niña con la que Pedro juega. Los ojos azules y tristes de Susana miran a Pedro, mientras le dice que se va. El amor inocente, el amor en ese azul se refleja y se va pronto, en ese Comala café y verde.
La lluvia vuelve a la noche siguiente, y Pedro vuelve a recordar a Susana mientras mira de nuevo, las gotas caer. No obstante, esta lluvia se trasforma en una brisa que desea salvación. “La lluvia se convertía en brisa. “Oyó: «El perdón de los pecados y la resurrección de la carne. Amén»” (Rulfo, 1995, p. 187). En el pasado de Comala la esperanza de la purificación de los pecados aún era posible, y la lluvia que aparece indica ese deseo de purificación al pueblo. En la infancia de Pedro Páramo, cuando recuerda a Susana es cuando observa la lluvia.
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Prieto, Rodrigo (Director). (2024). Pedro Páramo. [Película]. México: Netflix; Redrum Production; Woo Films. |
Comala: pueblo de vida y muerte.
Comala fue alguna vez una tierra fértil. De hecho era un pueblo donde no faltaba el agua para los cultivos, para la gente, como se ha mostrado desde los recuerdos de Pedro Páramo, y luego más adelante con los recuerdos de sus habitantes. “Sobre los campos del valle de Comala está cayendo la lluvia. Una lluvia menuda, extraña para estas tierras que sólo saben de aguaceros.” (Rulfo, 1995, p. 259). Sin embargo, la muerte de Susana San Juan y de Pedro Páramo hace que la muerte llene todo en el presente de Juan Preciado, arrebatando toda la vida del pueblo.
Volviendo a la película, muy acertadamente vemos un Pedro que, habiendo perdido a Susana por primera vez, comienza a asumir su destino en esta Comala grande y viva: ser alguien con mucho poder, alguien que no se resigna con poco. Al volver al “presente,” vemos a Juan Preciado, en un comedor alumbrado con velas, hablando con Eduviges. Lo único que los acompaña es eso, las velas, porque no hay vasos o comida para las primeras revelaciones de los muertos.
El agua no solo es la representación del pasado lleno de vida, de cultivos enormes y de niños viendo las gotas caer en las plantas, sino también ayuda a curar. Dolores, la madre de Juan Preciado, aparece en uno de los recuerdos de Eduviges, y ella recuerda como Dolores le pide a Damiana que ponga agua caliente para “que bajara pronto”, refiriéndose a la menstruación, y así estar con Pedro Páramo. En la película esto se representa con exactitud, viendo como el agua para las mujeres es sanadora, reparadora, o incluso, “mágica” para que la luna la toque más rápido.
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En la película, además, cuando Dolores le dice a Pedro que quiere ver a su hermana, luego de estar casados por un año, están a la orilla de un río. Dolores fue la única que salió de Comala, y no es casualidad que la última vez que la vemos sea en un lugar donde el agua es abundante. Dolores fue vida, en especial para Juan Preciado, aunque la tierra de Comala se le haya incrustado en el corazón, y la nostalgia se haya transformado en suspiros.
El agua tiene el poder de ayudar al cuerpo humano a restaurarse. Otro ejemplo de ello es cuando Juan Preciado se encuentra con la pareja de hermanos, y estando petrificado del miedo, la mujer le ofrece agua para recuperarse. “-¡Tómelo! Le hará bien. Es agua de azahar. Sé que está asustado porque tiembla. Con esto se le bajará el miedo.” (Rulfo, 1995, p. 226). Desde que Juan Preciado está en Comala, no come o toma nada. Esta agua es la única que se menciona en el presente, pero él, por el miedo, no la toma. Si el agua es vida y él no tiene la oportunidad de tomarla, la muerte se acerca cada vez más.
Aquí, sin embargo, tenemos el primer y único cambio: Juan Preciado sí toma un sorbo, pero esto no hace que le baje el miedo. De hecho, al tomarse el agua, la mujer le habla del pecado en su cuerpo, el agua se le devuelve a Juan. Tose, se siente enfermo, y vuelve a dormir. Si bien aquí toma agua, su cuerpo la rechaza casi de inmediato. Ella también le dice que “por dentro estoy hecha un mar de lodo,” y esto no es casualidad. El lodo, la combinación de agua y tierra, la única que tenía algo de agua para aquel que agoniza. Lo último que quiere alguien que está muriendo.
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Prieto, Rodrigo (Director). (2024). Pedro Páramo. [Película]. México: Netflix; Redrum Production; Woo Films. |
Cuando Juan Preciado es enterrado junto a Dorotea, comienza a llover. Desde la narración en presente, el pueblo está seco, árido, sin vida. La lluvia en esta parte puede dar algo de esperanza, pues al ser purificadora puede hacer que Comala vuelva a florecer; y lo único que faltaba era que estuviesen todos los habitantes nacidos en él. En la película, esto es representado de una manera muy bella, pues la cámara va subiendo. La tierra ya no es café claro, es un café más oscuro, la tierra mojada, que lleva al pasado donde hay vegetación.
Además de ser una esperanza, esta lluvia en el presente hace que los muertos se muevan en sus tumbas, salgan, hablen. “Lo que pasa con estos muertos viejos es que en cuanto les llega la humedad comienzan a removerse. Y despiertan.” (Rulfo, 1995, p. 252). Cuando la lluvia alcanza a Susana San Juan, ella comienza a hablar, comienza a recordar sus últimos días y sus sueños. El agua de la lluvia en el presente hace que todos revivan sus últimos días, como los hombres de la revolución.
“La puerta grande de la Media Luna rechinó al abrirse, remojada por la brisa. Fueron saliendo primero dos, luego otros dos, después otros dos y así hasta doscientos hombres a caballo que se desparramaron por los campos lluviosos.” (Rulfo, 1995, p. 235)
Estos hombres fueron personas que murieron en la guerra, en la revolución de la que hizo parte Pedro Páramo. Justo cuando la lluvia alcanza a Comala, ellos salen de nuevo al pasado, vuelven a repetir ese fatídico suceso del que no tienen escapatoria.
En la película, desde que Pedro Páramo ya tiene el poder, hay menos verde y más escenarios áridos. La fotografía se vuelve más oscura, pues el fin está cerca. Es un purgatorio del cual no pueden salir, y el pasado rebosante de vida se está quedando atrás.
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Todo fluye, todo termina: El ocaso de la vida dentro de Pedro Páramo.
Susana San Juan, siendo uno de los pilares de la vida de Pedro, vuelve a la Media Luna, pero no como la recordaba en su infancia. Susana es otra, una que está perdida en el tiempo, una Susana que no parece vivir feliz. En el pasado, Pedro recuerda a Susana mientras juegan en el río, o sumergidos por completo en el agua. A Susana la vida la envuelve, en el aguamarina que le mueve el cabello, mientras Pedro la mira maravillado. Esto ocurre con mayor claridad en la película, donde incluso nadan y se persiguen.
El padre de Susana y Susana tienen una relación muy extraña, pues el padre intenta poseerla y alejarla de Pedro Páramo. No obstante, Susana se va del lado de Bartolomé y se casa con Pedro, y mientras la lluvia cae, Susana se desespera por dentro. Para Susana, el agua es vida, pero también es deseo. Ella, inmersa en su propio deseo, se ahoga y se desespera entre las cobijas azules. Pedro no lo soporta, no puede darle el placer que tanto desea a Susana, por su locura. Esto ocurre en la novela, y en la película.
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Prieto, Rodrigo (Director). (2024). Pedro Páramo. [Película]. México: Netflix; Redrum Production; Woo Films. |
En la muerte de Susana, la película hace algo muy interesante: en la novela se dice que Pedro Páramo nunca entendió el mundo de Susana San Juan, pero al llegar la lluvia y escuchar a los muertos, Susana cuenta cómo era su mundo.
“Volví yo. Volvería siempre. El mar moja mis tobillos y se va, moja mis rodillas, mis muslos; rodea mi cintura con su brazo suave, da vuelta sobre mis senos; se abraza de mi cuello; aprieta mis hombros. Entonces me hundo en él, entera. Me entrego a él con su fuerte batir, en su suave poseer, sin dejar pedazo.” (Rulfo, 269)
El mar. Algo que en Comala se ve tan lejano, pero que Susana carga en sus ojos, en su mundo, en sí misma. La olas, la sensualidad de que cada una de ellas te toque cada centímetro del cuerpo, que da calma y da placer, que es peligroso y es la fuente de todo. Eso es ella.
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Prieto, Rodrigo (Director). (2024). Pedro Páramo. [Película]. México: Netflix; Redrum Production; Woo Films. |
En la película, cuando Susana muere, el padre Rentería le da el adiós, diciéndole: “tengo la boca llena de tierra” por parte del padre, y mientras ella lo mira y balbucea aquello, Rentería continúa:
“Trago saliva espumosa, mastico terrones plagados de gusanos. Mi boca se hunde, retorciéndose en muecas. La gelatina de los ojos se derrite. El cabello arde en una sola llamarada…”
Si la muerte es la tierra seca, esa que el padre se esmera en hacerle ver, en pantalla vemos a Susana adolescente en el mar. Un mar donde nada desnuda, con un hombre, mientras se abrazan, y mantiene viva la imagen del mar en blanco y negro mientras va muriendo. Incluso en la muerte, Susana mantiene el agua corriendo dentro de ella. El recuerdo del mar aparece aquí en la muerte, y así, ella sigue en su mundo. Susana responde:
“Él me cobijaba entre sus brazos. Me daba amor.”
Y con esa frase contundente, en su propio mundo, sumergida por completo en el agua del mar, ella se desea ir de este mundo. El padre intenta decirle las imágenes fatídicas del infierno, pero ella le dice: “Ya váyase Padre, no se mortifique por mí. Yo estoy tranquila. Tengo mucho sueño.”
Con la muerte de Susana, Pedro queda devastado. Queriendo que Comala quede en un luto largo, se sienta en una silla y mira a la distancia cómo todos celebran. Toman, comen en Comala, mientras en la Media Luna, lugar donde está Pedro, él dice que no moverá un músculo hasta dejarlos morir a todos. De esa forma, Comala se arrastra a la muerte, incluyendo a todos, incluso los que servían a Pedro Páramo.
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La muerte de Pedro Páramo no se queda atrás con la representación del agua y la tierra. Como él se queda sentado mirando como todo se seca, al levantarse porque Damiana lo invita a comer. En la novela, así ocurre su final:
“Se apoyó en los brazos de Damiana Cisneros e hizo un intento de caminar. Después de unos cuantos pasos cayó, suplicando por dentro; pero sin decir una sola palabra, Dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoronando como si fuera un montón de piedras.” (Rulfo, 299)
El final de Pedro es doloroso, pues se guarda todo y termina por volverse parte de la tierra, pero no como los demás, sino él cae como un montón de piedras. En la novela, esto se muestra con un Pedro Páramo viejo, que cae y suena como piedras, entre los susurros de los demás, y la película termina con un plano general donde Pedro está al lado de un árbol que va muriendo, y luego su cuerpo se transforma en piedras. Si bien el final pudo ser un poco más impactante, sigue siendo un final que es acorde con el mensaje del libro.
El agua es un elemento poderoso en la naturaleza, en la novela y adaptación de Pedro Páramo es posible ver cómo es utilizado para dejar claro el mensaje de la vida y la muerte, siendo el pasado lleno de vida donde el agua es abundante; y un presente árido donde la lluvia ayuda a revivir los últimos días de los muertos… O una esperanza de una nueva Comala, ahora que todos están allí, y gracias a la lluvia pueden revivir el pasado.
Por: Yulieth Jasbleidy Nuñez Bernal (Jazzby)
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Prieto, Rodrigo (Director). (2024). Pedro Páramo. [Película]. México: Netflix; Redrum Production; Woo Films. |
BIBLIOGRAFIA
- Cirlot, J. (1992). Diccionario de símbolos. Barcelona: Editorial Labor.
- Rulfo, J. (2019) Juan Rulfo: El Llano En Llamas, 1953 ; Pedro Páramo, 1955 ; El Gallo de Oro, 1958. 3rd edn. Barcelona: Editorial RM : Fundación Juan Rulfo.
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