Poor Things: El experimento de vivir.
Una mujer, envuelta en un azul oscuro, cae lentamente de un puente a una profunda oscuridad. Ella, quien decidió caer ante la desesperación, cae al vacío y termina el sufrimiento del que venía cargando en sus hombros. Su cuerpo golpea el agua, y sin saberlo, este cuerpo se transforma en el cascarón de Bella, nuestra protagonista. Así comienza el viaje de Poor Things, una película con matices de humor, sátira y drama.
De ser una mujer embarazada suicida, que sería juzgada por la sociedad, ahora se transforma en un ser que renace a manos de un hombre de ciencia, a quien conoceremos como God. Entre el blanco y negro, observamos a Bella dar sus primeros pasos, balbucear, conocer un mundo que se reduce a la casa de él, un científico y cirujano que permite a Bella solo ser. Ella come sin modales, golpea cráneos de cuerpos inertes, camina por los pasillos, tropieza sus palabras y hace sus necesidades en cualquier lugar. Cada día aprende algo nuevo, y comienza a aumentar su curiosidad por el mundo.
Bella es una mujer que fue re-armada por God, una Frankenstein que tiene el cerebro de un recién nacido en el cuerpo de una mujer adulta, un ser monstruoso ante los ojos de la sociedad que tiene una bonita fachada. El cerebro se adapta rápidamente, por lo que Bella va creciendo mentalmente con bastante rapidez. Para llevar los avances de ello, God trae a la casa a Max, un estudiante de medicina que conoce a God en las clases de cirugía que God imparte. Max se vuelve el observador de los avances de Bella, y su primer gran admirador.
El placer aparece en la vida de Bella cuando, por el roce de su mano a sus piernas y subiendo a su sexo, descubre el placer. Queriendo saber qué otra sensación puede tener, va al comedor y se introduce un vegetal, y anima a la mucama a hacer lo mismo. "Bella descubrió el cielo," le cuenta a la mucama y a su observador, Max, quien le indica una de las primeras reglas: el placer es privado. Bella, quien comienza a cuestionar el por qué, entiende que hay reglas que debe seguir, incluso si no las comprende completamente.
La mente de Bella la lleva a exigirle a su creador por aquello que hay más allá de las paredes, pero él se niega, pues teme por arrojar a su creación ante el mundo. ¿Cómo podrían recibirla? Buscando una solución, God le dice a Max que se case con Bella, quien acepta, pues tiene sentimientos reales hacia ella; pero este matrimonio no es más que la esperanza de mantenerla presa y controlada, con un contrato incluído. Max acepta, pero lo que ambos no sabían era que quien llevó el contacto, un hombre llamado Duncan, le cuenta a Bella toda la represión que contiene. Duncan, quien es un hombre que se presenta a Bella como más listo que los demás, experimentado y carente de poder amar, habla con Bella para escaparse; un viaje donde solo tendrá placer, a lo que ella acepta.
Bella, quien en su aparente ingenuidad le cuenta su plan de escaparse a God, le dice que si no la deja ir, “se pudrirá de odio,” y el corazón del científico se asusta al escuchar tan duras palabras. Bella lo tranquiliza, diciéndole que eventualmente volverá y seguirá en pie el matrimonio, pero primero debe salir a vivir.
La figura de Duncan se vuelve el primer eslabón a la libertad para seguir experimentando lo que es vivir; desde un beso hasta sexo desenfrenado en la ciudad de Lisboa. Los colores vibran en este nuevo mundo para Bella, el blanco y negro queda atrás con su figura paterna. La comida la deleita, el cielo se pinta de colores vívidos, el sexo parece mejor que nunca, pues ella vive por el deleite del momento; incluso observa las peleas de la gente y los analiza. Todo es nuevo, colorido, pero Bella no se deja intimidar por ello. Duncan piensa que tiene el control absoluto de Bella, pues la ve como un ser ingenuo… y pronto descubre que Bella está lejos de estar a su merced.
La escena del baile representa la relación que ambos construyen. Bella se lanza a la pista de baile con ímpetu, con movimientos torpes que se mueven al ritmo de la música, y Duncan va tras ella. Al inicio él sigue sus pasos extraños, sonríe, se deja llevar por la emoción; pero luego intenta contenerla con sus brazos, hacerla bailar “normalmente” y Bella se zafa de él para bailar sola de nuevo. Así es como, luego del baile y una cena con unos amigos, Duncan decide que irán a un crucero… Pues al tenerla rodeada de agua, debería volver a ser solo para él.
Aquel hombre, que se sentía poderoso frente a las otras mujeres con las que estuvo en el pasado, comienza a enamorarse de aquella mujer, quien va fortaleciendo su visión del mundo poco a poco. Sin embargo, así estén rodeados de un mar azul y peligroso, Bella conoce nuevas personas. En el crucero, dos personajes cínicos muestran el camino a Bella para formar su pensamiento crítico frente a su realidad, con literatura, filosofía y charlas descaradas sobre el mundo. La mujer llamada Martha le da libros, y tiene una visión nihilista de la vida. El hombre llamado Harry, es quien con sus comentarios mordaces le enseña a Bella una realidad que ella ignoraba. El dinero, la economía y las élites sociales, hace que Bella pregunte más y más… entonces él le da la gran revelación: una isla enfermamente amarillenta, llena de cadáveres de bebés y gente pidiendo algo de dinero para sobrevivir.
Este gran choque, hace que Bella entienda que el mundo no es lo que ella esperaba, se quiebra, esa inocencia de colores vívidos se va, y vemos a esta mujer que se maravillaba con la vida, estar totalmente destrozada. Al llegar al cuarto, y recostarse en su almohada rellena de plumas, ella reflexiona sobre sus privilegios. Bella, en su inocencia, intenta ayudar a otros, tomando el dinero de Duncan y lo deja con personas que naturalmente lo robaron. Duncan enloquece, pues eso significa que ya no tendrán el estilo de vida ostentoso… así que los bajan en París.
La Bella que baja de París, es una Bella más consciente del mundo que la rodea. París está cubierta por la nieve, resaltan sus casas y edificios oscuros; los colores vívidos han quedado atrás. El lenguaje de Bella también ha evolucionado; ahora habla de una forma más intelectual, y ve la desgracia de no tener dinero como un experimento del que puede aprender bastante. Duncan, quien está bastante molesto por no tener nada, se hunde en el enojo. Bella, por otro lado, camina hasta dar con un prostíbulo, donde conoce a Madame Swiney.
La Madame le ofrece la solución a su problema monetario: si se acuesta con hombres desconocidos le darán dinero, y podría satisfacer su curiosidad de estar con otros hombres. Bella, quien está dispuesta a ver todo desde una óptica científica, acepta, sin pensar demasiado en los juzgamientos morales de la prostitución. Tras su primera experiencia con otro hombre, toma el dinero y va con Duncan a contarle los resultados de su experimento; pero Duncan reacciona violentamente. “¡Qué has hecho! ¡Eres una puta!” le dice Duncan, pero Bella no comprende por qué está enojado. La posesión que Duncan tenía sobre ella se ha ido por completo, pues era el sexo aquello que mantenía una sensación de unión con ella… y se ha ido. Duncan toma el dinero que Bella guardaba para emergencias, y la aventura entre ambos termina.
En el prostíbulo, Bella vuelve, pues se ha quedado sin nada. Comienza a estar con diferentes hombres, y pronto descubre que no todo sexo es placentero, y esto la desanima un poco. Madame Swiney, viendo su espíritu de curiosidad, le dice: “no solo debes experimentar lo bueno, también lo malo para abrir tu mente.” Así, Bella no solo aprende sobre el comportamiento de los hombres, sino también a ser empática con ellos. El sexo es una forma de control, de ver la vulnerabilidad del otro, y por medio de unir el cuerpo con otros, Bella comprende los miedos de los hombres. En este lugar también comienza a estudiar, a tener amigas y una amante llamada Toinnette, con quien descubre el placer de nuevo.
Duncan enloquece, pues su visión es completamente diferente. Va y la busca al prostíbulo, le implora perdón, pero Bella lo rechaza con frialdad. Duncan termina totalmente ido de razón, teniendo que ser internado en un manicomio. Bella, quien recibe la noticia que God está enfermo, va camino a casa. Allí, ella se entera de quién es, un experimento viviente que es fruto de una tragedia. Aunque al inicio se molesta mucho con God, se queda con él y da el paso de casarse con Max, como prometió en un inicio.
Estando en el altar, a punto de ser la esposa de Max, Duncan interrumpe con un hombre que clama ser su esposo. Él es el vestigio de esa vida que Bella no recuerda, y él insiste en que vuelva a ser Victoria. Sabiendo que su anterior yo decidió acabar con su vida, Bella decide irse con Alfie, para entender qué llevaría a una mujer a tomar tal drástica situación.
Alfie vive en una mansión, donde el miedo reina por cada parte. Asusta a sus sirvientes con deleite, la mansión está rodeada por una cerca que se asemeja a una cárcel, y Alfie anda con un arma casi todo el tiempo. Alfie no ve a su esposa Victoria (Bella) como un individuo, la ve como su posesión, un objeto que sirve para verse bonita, reírse del maltrato que él da a otros, y ser complaciente con todo lo que él hace. Bella le recuerda, que ya no es aquella mujer, y este hombre usa la violencia para amedrentarla. Alfie, quien considera que las pulsiones sexuales son la razón de su inteligencia, quiere obligar a Bella a pasar por una operación donde le quitarán el clítoris. Él quiere mutilarla, obligarla a ser dócil y callada… pero Bella es totalmente diferente. Alfie le apunta con una pistola, ella le dice que prefiere morir antes de escoger esa vida que él le propone, forcejean un poco y él termina disparándose en un pie. Así es como Bella, quien no había sido violenta, usa esto para ser completamente libre.
Bella llama a Max para que le ayude a curar a Alfie, y le hacen un procedimiento similar al que hicieron con ella, con la diferencia que será el cerebro de un animal. Bella toma la casa de God, pues él fallece, y ella sigue su camino estudiando medicina, pues con sus aventuras descubre que es eso lo que la apasiona. En el jardín vemos a Max, Toinnete y el cruce extraño de Alfie con una cabra, una mujer llamada Felicity (a quien le hicieron el mismo procedimiento de Bella), la mucama y a Bella prepararse para un examen, y disfrutar de lo que la rodea.
La frankenstein de nuestros días es un experimento que toma cada parte de la vida, lo bueno y lo malo, observa los resultados sin perder el entusiasmo y la empatía. Bella invita a vivir, con todos los colores que esto implica, teniendo como guía la libertad.
Por: Yulieth Jasbleidy Nuñez Bernal (Jazzby)
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